El envejecimiento es un proceso natural del ciclo de vida y con él llegan diferentes cambios en el funcionamiento del organismo. La audición es uno de los sentidos que experimenta más variaciones, ya que la mayoría de sus funciones internas disminuye con la edad. A este fenómeno se lo conoce como presbiacusia, que puede responder a factores relacionados con el paso del tiempo y el estilo de vida, como la diabetes, cambios en la presión arterial y alteraciones vasculares.
Jennifer Orellana, terapista de lenguaje de GAES, afirma que las personas suelen notar transformaciones significativas en su audición, entre los 55 y 60 años. Esto ocasiona que el paciente padezca sentimientos de pérdida de independencia, indefensión y aumente el riesgo de dolencias como Alzheimer, depresión, deterioro cognitivo y alteraciones del estado de ánimo.
Estas son algunas alertas que puede tomar en cuenta para detectar esta falencia en una persona: si solicita que le repitan, con más frecuencia, las palabras en medio de una conversación; si le es complejo seguir conversaciones y guarda silencio; si presenta incomodidad, frente a sonidos que antes no le molestaban; si alza la voz o no escucha con claridad conversaciones telefónicas o el televisor
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