La pandemia complicó la salud reproductiva de la población femenina. La Organización Mundial de la Salud estima que unos 16 millones de adolescentes, entre 15 y 19 años, y un millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año.
El uso de anticonceptivos es esencial para la construcción de una sociedad que garantice el ejercicio pleno de los derechos sexuales y reproductivos, especialmente para las mujeres. En el mercado hay diferentes métodos, entre los que se encuentran los de corta duración (píldora, parche, anillo e inyectable) y los de larga duración, que protegen por más de tres años (implante subdérmico y sistemas intrauterinos).
Con la pandemia, el mundo vivió un retroceso en materia de acceso a los anticonceptivos. De acuerdo con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), casi 12 millones de mujeres perdieron la posibilidad de alcanzar estas herramientas, siendo la principal causa de los 1,4 millones de embarazos no planificados. El mismo informe identificó que, en el caso de Sudamérica, el 64% de los estados de gravidez no fue deseado.
Esto intensificó otros problemas de carácter social que se desencadenan por la falta de anticonceptivos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que unos 16 millones de adolescentes entre 15 y 19 años y un millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año; muchas de ellas, atraviesan complicaciones durante el embarazo y el parto, siendo la segunda causa de muerte en este grupo etario en todo el mundo.
En Ecuador, en la última década, han nacido más de 264 508 niños de madres menores de edad, que al momento del parto tenían entre 10 y 17 años. Solo en el 2020 vinieron al mundo 19 976 bebés de madres en esos rangos etarios.
De acuerdo con el Informe del Estado Mundial de Población, Ecuador es el tercer país en la región con la tasa más alta de embarazo en adolescentes (10-19 años), después de Nicaragua y República Dominicana.
Para la ginecóloga Gabriela Ayala, expresidenta de la Sociedad para el Estudio y Progreso de la Anticoncepción, los embarazos no planificados en adolescentes se vinculan con consecuencias no deseadas, ni previstas. Entre ellas están, el aborto en condiciones inseguras, el abandono, maltrato de los niños, conflictos conyugales y familiares, dependencia económica del grupo familiar, delegación del cuidado de los hijos, uniones conyugales forzadas, abandono de los estudios, dificultades en la inserción laboral y ciertos contratiempos de salud del niño y su madre, entre otros.
El confinamiento modificó la realidad en la obtención de métodos anticonceptivos. Datos de la UNICEF revelan que, al inicio del covid-19, Ecuador presentó grandes desafíos. Durante marzo de 2020 se evidenció un sistema de salud debilitado por las medidas de austeridad implementadas unos meses antes de la pandemia. La particular afectación fue para su personal y nació el temor de no disponer de la capacidad necesaria para responder a otras condiciones de salud y a aportar con una atención integral, lo que conllevó a que los servicios de salud sexual y reproductiva disminuyeran en un rango del 50% al 75%.
A decir de Ayala, a la problemática de la pandemia se suman otros factores estructurales como la falta de acceso físico o inconvenientes en la aceptación social de la anticoncepción, lo que trae consigo enormes obstáculos para muchas mujeres que intentan tomar el control de sus vidas. Según datos de las Naciones Unidas, más de 200 millones de mujeres en países de ingresos bajos y medianos que quieren evitar un embarazo, no utilizan métodos de planificación familiar seguros y eficaces.
El Ministerio de Salud Pública del Ecuador (MSP) firmó un acuerdo de cofinanciación con el UNFPA, 2020-2022, que permitió recibir asistencia técnica y financiera para el mejoramiento de la salud sexual y reproductiva, además de la adquisición de medicinas y dispositivos médicos anticonceptivos.
Estos insumos se entregan en todos los establecimientos de esta Cartera de Estado a escala nacional de manera gratuita. De acuerdo con cifras del MSP, entre marzo y septiembre de 2019, la entidad facilitó 9 248 186 métodos anticonceptivos (entre masculinos y femeninos). Sin embargo, en el mismo periodo de 2020 la cantidad fue de 6 906 004, lo que muestra una reducción del 34%, en relación a la misma etapa del año anterior.
Pese a que la pandemia agravó las desigualdades y millones de mujeres y niñas corren el riesgo de perder la capacidad de planificar sus familias y proteger su cuerpo y su salud, empresas como Bayer pusieron a disposición la plataforma web https://www.yoplaneomifuturoweb.com/ #YoPlaneoMiFuturo. El objetivo es informar y ampliar los conocimientos en anticoncepción y brindar datos acertados que les permita decidir de manera libre y responsable.
El laboratorio farmacéutico ha centrado sus esfuerzos en proveer información científica para la población femenina de todo el mundo. Anualmente, proporciona anticonceptivos a 40 millones de mujeres en los países de ingresos bajos y medianos, a través de programas de apoyo internacional. Lo que representa un gran paso para la educación y la salud reproductiva de millones de jóvenes y adultos, que tienen derecho a escoger y acceder a una vida sexual plena, con el uso de métodos anticonceptivos a través del asesoramiento adecuado.
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