Los malos hábitos al cargar la maleta escolar tienden a ocasionar afecciones articulares, que pueden ser evitadas. Las recomendaciones van desde adquirir un artículo con características ortopédicas hasta fortalecer la musculatura y evitar el sedentarismo.
El dolor de espalda es un problema de salud pública. Dos factores son los que potencialmente inciden para que esto ocurra: el mal uso de la mochila escolar y el sedentarismo. En el primer caso, se produce una fatiga muscular por el excesivo peso o el estilo inadecuado del niño al cargar la maleta, ocasionando un desbalance que puede originar padecimientos articulares u óseos. El resultado es que, en la actualidad, se han incrementado los pacientes pediátricos y adolescentes con dolores de columna.
Hay que considerar el peso y el tamaño de la mochila. La OMS recomienda que la capacidad de carga de un menor debe ser equivalente al 10% de su peso corporal. Y, en cuanto a la dimensión, esta no debe ser mayor a su torso. De allí nace la importancia de tener en cuenta dos elementos básicos de este accesorio: las características de fabricación y la utilización que se le va a dar. Es preciso tener presente que el mejor morral, empleado de la manera incorrecta, va a causar complicaciones en la salud.
Las correas deben ser anchas y acolchadas. Si tiene soporte a la cintura es ideal porque ayuda a que se pegue a la espalda. Muchos especialistas han recomendado maletas con ruedas, como alternativa. Al respecto, el Dr. Fernando Londoño, traumatólogo ortopedista y especialista en cirugía articular del Centro Integral de Ortopedia y Traumatología (CIOT), comenta: “Es controversial el uso de la mochila con ruedas, porque puede generar otro tipo de alteraciones en hombros y muñecas. Este artículo está recomendado para empujarlo y no halarlo”.
Explica que cuando se presenta dolor es por alguna contractura de la musculatura paravertebral a nivel lumbar. Esta puede ser manejada en casa con compresas calientes, en dos o tres sesiones al día, que no sobrepasen los 15 minutos. La molestia debe desaparecer, en lo que se considera un evento aislado. Si es repetitivo puede tratarse de una lesión crónica que debe ser tratada por un profesional.
El otro gran elemento a combatir es el sedentarismo. La falta de tonificación muscular, sumada a los malos hábitos posturales, desencadenarán dolor en el niño. El fortalecimiento, a través del deporte o actividad física, permitirá tolerar el peso y la posición de la mochila de mejor manera y prevenir cualquier afección.
Recomendaciones de uso
· Correcta utilización de los espacios: la laptop, libros o carpetas más grandes deben ir en la parte posterior. De tal manera, que lo más pesado esté lo más cerca posible a la columna y lo liviano en la parte externa.
· Mantener distribuido el peso: hay que insistir a los niños que carguen con las dos correas. Al usar una sola se genera un desbalance que altera el trabajo de los músculos en la espalda. Esto, a la larga, producirá dolor.
· La altura adecuada para llevar la mochila: lo aconsejado es que esté cinco centímetros por encima de la cintura. Cuando cae a la altura de los glúteos ocasiona una alteración en la curvatura fisiológica de la columna.