El tratamiento contra el cáncer encuentra una alternativa menos invasiva con la protonterapia. Los beneficios que recibe el paciente son importantes. El procedimiento se realiza en la Unidad de Protonterapia de la Clínica de la Universidad de Navarra (España), que se inauguró en abril del año pasado. Dos niñas ecuatorianas son casos exitosos.
El cáncer es una de las principales causas de muerte a escala mundial. En 2020 se registraron 10 millones de personas fallecidas por esta patología, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Hoy, la innovación tecnológica ha permitido que los tratamientos sean menos invasivos y generen resultados alentadores.
Uno de ellos es la protonterapia o terapia con protones. Esta modalidad de radioterapia externa es segura y precisa, ya que “permite tratar de forma selectiva la zona tumoral y minimizar la irradiación en el tejido sano”, asegura Felipe Calvo, director de la Unidad de Protonterapia de la Clínica de la Universidad de Navarra (España). Este procedimiento ha demostrado ser capaz de minimizar los riesgos de las radiaciones y el potencial surgimiento de segundos tumores.
Para conocer mejor su efectividad, PrilMed detalla dos ejemplos. El de Ahinara, una niña ecuatoriana de 6 años, que fue diagnosticada en 2020 de un tumor cerebral. Fue la primera en tratarse exitosamente en la Unidad de Protonterapia de la Clínica, en Madrid. Un año después, la pequeña pudo regresar a Babahoyo, su lugar de origen.
Otro ejemplo es el de Karen Cuadros, quien presentó problemas neurológicos y fue sometida a una cirugía de urgencia, “su médico nos confirmó que se trataba de un tumor y que era necesario aplicar quimioterapia y radioterapia. Conocí sobre el caso de Ahinara y decidí viajar a España”, afirma Aída Aparicio, madre de Karen. La intervención a la menor finalizó y al momento le realizan quimioterapia para vencer al cáncer.
Desde la apertura de la Unidad de Protonterapia, en abril de 2020, 42 niños y 118 adultos han recibido o están en proceso de culminar este tratamiento. Entre sus características están una máxima exactitud con mínimos efectos secundarios en tejidos sanos. Registra menor toxicidad y es la indicada en tumores de localización compleja, cercanos a órganos de riesgo muy sensibles a la radiación o susceptibles a la radiación externa en niños y en personas mayores con pluripatología crónica (afección primaria coexistente).
Otra ventaja es su minuciosidad, un haz de partículas aceleradas deposita su energía en el lugar exacto mediante un barrido de impactos milimétricos (por puntos y por capas). Permite aumentar la dosis en el tumor y conseguir un mayor control local de la enfermedad, ya que se minimiza la irradiación dispersa innecesaria en los tejidos sanos de alrededor.
La protonterapia es útil para casos complejos que se presentan por la anatomía, por la resistencia a los tratamientos previos, por la necesidad de reducir los efectos adversos a largo plazo o de difícil acceso. Esta tecnología no se oferta en todos los países. Por ello, a España visitan pacientes procedentes de Ecuador, Colombia, México, Canadá, Emiratos Árabes, entre otros.
La radioterapia convencional se basa en un haz de alta energía de rayos X (fotones). La protonterapia utiliza partículas aceleradas (protones), que permiten dirigir de forma más puntual el depósito de la radiación en el tumor. Esto responde a las características físicas propias de los protones (por su masa no sufren alteraciones en su trayectoria hacia la lesión), que depositan la mayor parte de su energía dentro del tumor. Y gracias a su propiedad de frenado súbito, a diferencia de los fotones, no irradian más allá de ese punto.
Es un procedimiento relativamente corto. Las sesiones duran 25 minutos, tiempo destinado a la colocación, posicionamiento y verificación guiado por imagen de la zona de tratamiento en el paciente. El lapso de irradiación es inferior al minuto, en la mayoría de los casos.
Comments