La inteligencia artificial ha sido el soporte de los científicos en la línea de defensa contra el covid-19. La vacuna con ARN mensajero trae luces: en qué consiste, cómo preservarla y cómo defiende al organismo. El mundo se prepara para la tercera ola de contagios.
Desde que se inició la pandemia por el covid-19, las herramientas tecnológicas han sido el pilar para los científicos en su afanada búsqueda de una cura; así como para desarrollar
sistemas de prevención o determinar la evolución de las sepas del SARS-CoV2, que han causado revuelo en el mundo.
Entre los avances científicos destacados está el del ARN mensajero para el desarrollo de las vacunas, producidas contra el virus por Pfizer/BioNTech y Moderna, cuyos ensayos clínicos mostraron gran eficacia. Para comprender este proceso, se debe saber qué es el ARN mensajero.
Diego Ignacio Montenegro, CEO de la Universidad de Los Hemisferios y conocedor de innovación y nuevas tecnologías, expone que “el ARN mensajero es un grupo de moléculas genéticas que ordena a las células humanas cuáles son las proteínas que deben crear para defenderse frente a los virus. La científica húngara Katalin Kariko inició los estudios del ARN mensajero en los años 90”.
También es importante conocer que se llama ‘mensajero’ porque posee la información genética de cada persona, la cual se necesita para elaborar las proteínas que se enfrentan a las enfermedades. Por ello, es fundamental en la creación de la vacuna.
Pero, en este largo y tortuoso camino, que se debe recorrer para encontrar una salida a la pandemia, no todo es positivo. Elaborar vacunas con el ARN, que está envuelto en una cápsula protectora de lípido, exige que su almacenamiento sea a temperaturas extremadamente bajas.
La de Pfizer requiere -70° C, menor a lo que proporcionan los congeladores estándar. Esto ha obligado al grupo a desarrollar contenedores específicos, llenos de hielo seco, para distribuir las dosis. Convirtiéndose en una gran preocupación para el traslado a todos los países del mundo, donde el clima se convierte en un obstáculo. La vacuna de Moderna se almacena a -20° C, lo que requerirá el mantenimiento de la cadena de frío desde la fábrica hasta las farmacias. Estas se diferencian de las que son elaboradas con ADN, que se almacenan a temperatura ambiente, por ser muy resistentes.
La inteligencia artificial (IA) ha jugado un papel clave en el mundo covid. Desde el inicio de la pandemia, su presencia ha sido esencial. Por citar un ejemplo, se han creado supercomputadoras para diagnosticar la afección en segundos, gracias a los algoritmos. Con la tecnología se realizan predicciones, análisis de los posibles brotes, futuras curvas de contagios, entre otros.
Montenegro explica que, con la ayuda de los algoritmos, “hoy se predice el avance de la enfermedad. Toda la información que se recibe ingresa en un algoritmo y la inteligencia artificial determina el alcance de la pandemia. Ya hablamos de la tercera ola de contagios”. El uso de la IA ha sido fundamental en algunos hospitales. En China hay robots-médicos, que atienden a las víctimas de covid-19. También se puede determinar qué tipo de medicamento le sienta mejor a un grupo de pacientes que vive en una zona geográfica determinada, para que el uso de fármacos sea más eficiente.
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