En época de vacaciones, no hay que olvidarse de mantener una vida saludable para evitar contratiempos. Un esquema básico de vacunación estimula el sistema inmunitario del cuerpo y será un componente crucial en la lucha contra infecciones emergentes y reemergentes. También reducirá la propagación de enfermedades infecciosas durante este período de ocio y los niños estarán protegidos para el inicio del nuevo año escolar.
Las vacunas se han convertido en una herramienta clave de prevención y representan uno de los avances más importantes de la medicina moderna. Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), protegen más de cinco vidas cada minuto y evitan hasta tres millones de muertes al año.
Con la inoculación, los niños se blindan de virus o bacterias que pueden convivir en el ambiente, sobre todo si van a compartir su espacio con más personas y están expuestos al intercambio o contacto con fluidos corporales como el sudor y la saliva. Por su aporte en la mejora de la calidad de vida, es importante que los sistemas sanitarios apliquen procesos de inmunización en los niños. Más de 20 enfermedades, potencialmente mortales, se pueden prevenir mediante la inmunización.
Entre 2010 y 2018, solo con la vacuna contra el sarampión se evitaron 23 millones de muertes. Al tener un sistema inmunológico reforzado, las probabilidades de adquirir una dolencia o sufrir infecciones disminuyen y las hospitalizaciones o emergencias médicas se reducen, lo que permite un ahorro importante en las finanzas familiares.
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