En el primer año de la pandemia, la prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión aumentó un 25%, según la OMS. El paciente requiere de una red de apoyo y atención especializada para salir adelante.
Esta vez, el cine ecuatoriano retrata a un enemigo silencioso: la depresión. Suena interesante conocerla en la pantalla grande con ‘Lo invisible’, que se estrena el 21 de abril en Ecuador. Un largometraje dirigido por Javier Andrade, que muestra la vida de la atormentada Luisa, quien recorre un oscuro camino de soledad y desolación.
Saber en qué consiste la enfermedad, cómo tratarla, qué hacer para mejorar y evitar que vuelva son algunos de los retos que debe enfrentar el paciente. Hay 21 síntomas que alertan cuando se sufre esta dolencia. Gabriela Romo, doctora en Psicología Clínica y de la Salud, y directora de la Clínica de Salud Mental Healthyminds, explica: “Te sientes más irritable, vives en constante autocrítica, te aíslas de la gente, dejas de hacer lo que te gusta”.
Estar deprimido afecta a los hábitos alimenticios y del sueño (se deja de comer y dormir o se lo hace en demasía). Otra práctica usual, en algunos casos, es que el paciente elabora un plan para lastimarse. Está presente un sentimiento de fracaso, pensamientos negativos, falta de concentración y no se tiene la suficiente energía para las actividades diarias, entre otros.
En la cinta, Luisa (protagonizada por Anahí Hoeneisen) vuelve a casa después de estar en un centro psiquiátrico. La especialista explica el importante rol que desempeña la familia durante la enfermedad y la recuperación. Lo primero es conocer las características de la depresión, para apoyar y saber cómo actuar. Es clave para la persona retomar las actividades que antes le gustaban. Hay que controlar el suministro de medicina, no hablar sobre el tema para que no se sienta juzgada, no dejarla sola, motivarla a que haga ejercicio, a que tenga contacto con la naturaleza, entre otros.
Es fundamental preguntarle qué quiere hacer y con quién quiere estar. En casa de Luisa, la rutina diaria no cambió a su regreso. “Hacer una fiesta y fingir que no pasa nada, no es la solución. Es mejor vincularlo con gente que lo anime, que el enfermo no sienta que lo van a juzgar o criticar”, recalca Romo.
La depresión refleja diferentes tipos de intensidad, que se manifiestan en el número de síntomas que se presentan. Cuando es leve no hay ideas suicidas, por citar un ejemplo; con la moderada se incrementa el malestar; y, cuando es severa, la idea de lastimarse es recurrente. En esta última, los psiquiatras suelen recomendar medicación antidepresiva y tratamiento psicológico. Algunas veces, el enfermo es internado en un sitio especializado o él mismo solicita que lo ingresen a una casa de salud.
Romo afirma que este tipo de padecimientos, al ser diagnosticados a tiempo y recibir el correcto tratamiento, se pueden superar. “Se debe determinar la terapia psicológica que funcione con el tipo de perturbación. La que yo hago es la cognitiva conductual, que es muy eficiente para problemas de ansiedad, depresión y cuando se presentan comportamientos obsesivos compulsivos; pero, no es efectiva para un trastorno límite de personalidad, para ese se necesita una dialéctica conductual”.
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