Los ensayos realizados con dosis de Pfizer contra el covid-19 son positivos. Es importante una masiva aplicación para que haya una inmunización de rebaño. Un especialista expone las diferencias de este proceso entre menores y adultos.
Pfizer Inc. y BioNTech anunciaron resultados positivos en los ensayos de sus fases 2 y 3 de investigación, que muestran un perfil de seguridad favorable y respuestas sólidas de anticuerpos neutralizantes en niños de 5 a 11 años. Ellos recibieron dos dosis de 10 microgramos (µg), con 21 días de diferencia, una dosis menor que la de 30 µg, utilizada para mayores de 12 años. La vacuna fue segura y bien tolerada.
Este estudio contó con 2 268 participantes, con una eficacia del 95%, lo que demuestra una fuerte respuesta inmunitaria en los pequeños, un mes después de la segunda dosis. Se espera resultados en menores de 5 años, a finales de este año.
Kléver Sáenz, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Patología Clínica / Medicina de Laboratorio, director médico de Synlab y catedrático universitario, explica la diferencia en la respuesta inmunológica entre adultos y menores frente a la vacuna.
En los niños, durante las primeras fases de la infección, los anticuerpos naturales juegan un rol trascendental, ya que se generan independientemente de haber recibido o no una vacuna. Estos tienen una amplia reactividad y pueden contener la infección durante el tiempo que le toma a su organismo producir anticuerpos específicos contra el agente agresor. Se acompañan de células B de memoria innata (son parte del sistema inmunitario y se forman a partir de las células madre en la médula ósea), que son abundantes en la infancia.
Otra de las ventajas es que la mayoría de estas células B son altamente adaptables a nuevos antígenos y pueden reconocer todo tipo de patógenos nuevos. Además, tras un estímulo antigénico se diferencian rápidamente en plasmablastos, una célula secretora de anticuerpos.
El sistema inmunológico de los adultos, en cambio, en su mayoría contiene células de memoria, altamente mutadas y específicas, pero que tienen menos capacidad para adaptarse a nuevos antígenos (patógenos). A esto, se suma que cuentan con una respuesta innata menos eficiente que la de los niños.
Pfizer ha declarado que sus ensayos clínicos en este rango etario muestran efectos adversos similares a los encontrados en otras edades. Hay dolor en el lugar donde se inyectó, puede presentarse fatiga, cefalea, escalofríos, fiebre así como dolor muscular y articular. En lo referente a la miocarditis (inflamación del músculo cardíaco), “es un efecto adverso documentado en niños de 12 a 15 años, con una tasa de 162,2 por millón de niños vacunados y 13,0 por millón de niñas, pero con pocas probabilidades de casos graves”, explica Sáenz.
Después de que su pequeño sea vacunado, si hay molestias en el sitio de la punción, ponga calor local y suministre un analgésico-antipirético, acorde a las indicaciones de un especialista. Este medicamento también podría ser usado si hay fiebre, además de paños o una ducha de agua tibia. Los eventos adversos leves habitualmente se presentan dentro de las 24 a 48 horas posteriores de la inmunización.
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