Las lesiones deportivas pasadas influyen de forma importante en la recuperación. Los esguinces pueden ser de tres grados de severidad. Seguir las indicaciones médicas y someterse a tratamientos especiales ayudan a una pronta mejoría.
Neymar volvió a lesionarse a finales del año pasado. Esta vez, a su largo historial de traumatismos, se sumó el incidente que lastimó su tobillo durante su visita al Saint-Etienne, donde el jugador del París Saint-Germain se dañó el ligamento del tobillo izquierdo, lo que lo dejará fuera de las canchas por ocho semanas.
Para atenderse viajó a Doha en Qatar, lugar en el que se someterá a un proceso de rehabilitación en la Clínica Aspetar, conocida en el mundo deportivo por estar a la vanguardia de tratamientos y la rehabilitación de lesiones. Es la sexta ocasión, en los últimos cuatro años, que ha sufrido una lesión importante, que exige una minuciosa atención médica.
El atleta registra múltiples interrupciones en su carrera: en 2018 tuvo una fisura en el quinto metatarsiano de su pie derecho, esto lo dejó tres meses lejos de las canchas. Un año después recayó y estuvo de baja 85 días. Con Brasil, en un amistoso ante Qatar, también en 2019, se rompió los ligamentos del tobillo derecho y tuvo 63 días de reposo. Y, en diciembre de 2020, se lastimó el tobillo izquierdo, lo cual no le permitió tocar el balón por 27 días.
Paúl Terán, ortopedista y traumatólogo deportivo del Centro de Especialidades Ortopédicas de Ecuador, explica que hay tres grados de esguinces de tobillo. Para entender mejor qué es un esguince, se debe saber que el ligamento es el que une un hueso con otro y otorga estabilidad a las articulaciones. “Al ver el video del accidente, se puede observar que su lesión podría ser de grado tres, a pesar de ser un deportista muy ágil, no muy grande, ni corpulento, ni pesado. Este esguince podría comprometer más del 50% de las fibras del ligamento”.
El dolor, la hinchazón y los hematomas son muy elevados. Desde el punto de vista estructural hay que dar la oportunidad a que el ligamento se recupere, en un tiempo más largo. Para atender estas lesiones (grado tres), el paciente debe utilizar muletas y el tobillo debe permanecer inmóvil. El uso de productos biológicos, como el plasma rico en plaquetas (PRP), está ampliamente recomendado en estos cuadros médicos. “Hay la posibilidad de que el astro brasilero fuera tratado con el procedimiento de células madre o PRP (plasma rico en plaquetas), que tiene un alto poder de cicatrización”.
Hay tratamientos biológicos que se hacen sobre los ligamentos, tendones o músculos, donde se ejecuta un intervencionismo ecográfico. Esto permite efectuar un pequeño y bien guiado procedimiento de precisión para evitar abrir o cortar al paciente. Se introduce una aguja de buen calibre para inyectar una célula o sustancia, “que nos ayuda a cicatrizar de forma más efectiva; sin embargo, el hecho de inyectar un plasma no es por si solo un tratamiento”, explica Terán.
En el caso de un deportista de élite, como Neymar, la recuperación depende del estado previo del ligamento. Es decir, si ha tenido traumatismos pasados la recuperación es más lenta y ese factor es mucho más importante que el peso, la talla o la actividad que desarrolla el paciente.
En este panorama, se debe inmovilizar el tobillo de forma rígida, realizar el intervencionismo ecográfico por dos o tres semanas y someter al paciente a fisioterapia por dos o tres semanas más. Luego de ello, se lo evalúa para ver la posibilidad de su retorno a las canchas. Cuando el deportista es joven y sin lesiones se puede recuperar en cuatro o cinco semanas.
El ortopedista comenta la ruta a seguir, marcada por tres pasos: una terapia antiinflamatoria, con ayuda de la fisioterapia y un láser de alta intensidad, que es muy efectivo. Después está la fase de movilización y flexibilidad; y, por último, la de reincorporación deportiva.
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