Las afecciones de la piel pueden minimizarse. Las alergias o erupciones cutáneas son causas comunes de consulta entre los dermatólogos. Existen consideraciones a tomar en cuenta antes de comprar un bloqueador solar para disfrutar de la temporada.
En verano, uno de los mayores placeres es disfrutar del clima al aire libre. Sin embargo, es necesario estar atentos a la reacción de la piel ante la exposición al sol. Las quemaduras ocasionadas por este pueden ser leves, las cuales se tratan mediante hidratación en casa; o, complejas, cuando aparecen ampollas. Este síntoma indica que el grado de afectación requiere acudir con un profesional.
En ocasiones, se originan alergias o reacciones de la piel, que en realidad son una respuesta fotoquímica a la radiación solar. Una de ellas es la dermatitis de Berloque, que se la identifica con una erupción que conjuga dos elementos: una sustancia fotosensibilizante (con más frecuencia son los derivados cítricos: limón, lima, mandarina, naranja), que se activa con el sol ocasionando manchas.
Otra causa común de consulta a los dermatólogos es la miliaria. Es una inflamación de la piel por exposición al sol, sudor o calor excesivo. Surge como puntos rojos, que ocasionan picazón. Esto puede ser producto de arropar demasiado a los bebés en verano. Se manifiesta en cuello, hombros, pecho y en los pliegues de axilas, codo e ingles.
Existen pruebas para comprobar la sensibilidad de la piel al sol, que en Ecuador no son de uso frecuente. Lo que sí se efectúan son estudios en padecimientos que requieren confirmación. “En la zona andina tenemos el prurigo actínico, que se da en zonas altas y soleadas. Para determinar un diagnóstico efectivo, se toman biopsias de las lesiones”, comenta la Dra. Jennifer Granizo, dermatóloga con subespecialidad en dermato-oncología y médico asociado al Hospital Metropolitano.
Todas estas patologías se engloban en las denominadas fotodermatosis, que son enfermedades de la piel inducidas o exacerbadas por la radiación ultravioleta, emitida por el sol o por fuentes artificiales. La mejor manera de combatirlas es creando una cultura de fotoprotección, que debe comenzar a partir de los 6 meses de edad. La exposición de los niños sin el resguardo necesario, eleva las posibilidades de contraer cáncer de piel, en la edad adulta, explica la profesional.
En el ámbito de la prevención, el primer paso es evitar la exposición solar. Es decir, eliminar el factor desencadenante, que es un elemento externo. Si va a tomar vacaciones en la playa, complemente con medidas generales, en tres vías: reducir el impacto, eso implica evadir el sol entre las 10:00 y 15:00; implementación de barreras físicas, como el uso de sombrero, sombrilla, ropa de manga larga y ternos de baño con protección UV; y, emplear bloqueadores solares.
Para el uso de bloqueador solar:
· Verificar el factor de protección. Debe ser de 50+.
· Revisar la cobertura para radiación UVA-UVB. En este caso, más es mejor.
· El protector debe responder al tipo de piel del usuario (normal, seca, grasa o mixta).
· Si se tiene piel grasa, con tendencia al acné, es preferible buscar un protector solar en gel, emulsión o loción.
· Para los niños es mejor comprar los recomendados para ellos por el fabricante, ya que contienen más componentes minerales y menos químicos.
· Reaplicar el protector solar cada tres horas y cada 40 u 80 minutos, si ha existido contacto con el mar o piscina.
· Se debe tener un protector para cada miembro de la familia, que cubra sus necesidades.
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