Los implantes dentales tienen dos fases: una quirúrgica y una protésica-estética. Todo el proceso se cumple entre 30 y 90 días. El titanio usado dura toda la vida. El tratamiento no es aplicable a jóvenes en crecimiento.
Cuando las personas deciden elevar su salud bucodental a un siguiente nivel, su mejoría en aspectos físicos y emocionales salen a la luz. En Ecuador, el cuidado de la salud oral y la estética en la sonrisa han registrado un desarrollo considerable desde hace más de 20 años, con resultados sorprendentes.
¿Cómo la tecnología ha contribuido con los profesionales, para delinear una sonrisa? El Dr. Iván Bedoya, odontólogo especialista en periodoncia e implantes, explica que cuando empezó a trabajar, las imágenes radiográficas con las que se atendía al paciente eran limitadas y no se apreciaba la totalidad del requerimiento. Desde hace 10 años, los especialistas tienen a su alcance tomografías dentales, “con ello, conocemos la cantidad y la calidad ósea, planificamos qué tipo de implante se va a emplear, qué dimensiones tendría y cuántas piezas se necesitan”.
Cinthya Pérez tiene 63 años y llegó a la consulta de One Dental. Para esta paciente su vida ha mejorado poco a poco y hoy sabe que muy pronto podrá sonreír en las fotos que se toma con sus seres queridos. Se somete a un procedimiento, que consiste en colocar una prótesis híbrida sobre implantes, “me pondrán mis dientes, ya tengo los implantes”.
Previo a ejecutar cualquier tratamiento y gracias a las tomografías dentales, Bedoya explica que se realiza un análisis de cada caso, se organiza la cantidad de implantes que se van a requerir y se proyecta virtualmente la cirugía, “operamos con guías quirúrgicas prefabricadas para facilitar el proceso y garantizar la posición correcta de los implantes”.
En One Dental también se utiliza el escáner, que es otra tecnología odontológica que simplifica la labor. Con este equipo se realiza un scan de la boca y con un sistema computarizado se lo junta con la tomografía. Es así como, se prevé a detalle y con precisión la ubicación de los implantes y se sabe qué tipo de estructura y qué piezas dentales se van a cambiar. Otro de los beneficios es que el tiempo en el quirófano es menor y el período posoperatorio registra una pronta recuperación, al ser una intervención más corta y menos invasiva.
Hace unos años, recuerda el especialista, se esperaba entre cuatro y seis meses, después de realizar el implante, para alojar la corona o el diente. Era el tiempo que tomaba en oseointegrarse. Hoy se trabaja, por citar un ejemplo, con el fabricante Straumann, porque la microestructura de sus productos hace que las células del organismo se adapten rápido, comprimiendo este proceso a máximo 30 días.
Los factores de éxito de este método son la personalización del diagnóstico y la preparación integral para el reemplazo de los dientes o molares perdidos. Es importante la calidad de los implantes, siempre son mejores los biocompatibles con el organismo y con una micro y macroestructura que ayuden a garantizar la oseointegración. La digitalización, los modelos 3D, entre otras herramientas, aseguran el resultado funcional y estético, ofreciendo seguridad y confianza al paciente durante todo el proceso.
A la consulta de Bedoya arriban, entre el 60% y 70%, de adultos mayores como Cinthya, que han perdido piezas dentales. El 30% restante está compuesto por quienes han sufrido traumatismos en accidentes de bicicleta, moto o automóvil.
El éxito es que los implantes duran toda la vida, porque son elaborados en titanio grado cinco, que es un biomaterial resistente. Esto los blinda y evita que se rompan o se fracturen, “solo llega a pasar cuando hay un accidente fuerte o cuando el paciente padece de bruxismo”, explica el odontólogo.
Lo que sucede, en un mínimo de ocasiones, es la rotura de la corona, la cual se la renova sin necesidad de un procedimiento quirúrgico. Los implantes no son recomendables para los menores, ya que están en etapa de crecimiento, se debe esperar que cumplan entre 17 años (niñas) y 19 años (niños). Para este grupo etario, se disponen prótesis provisionales.
La implantación dental tiene dos componentes importantes: la parte quirúrgica y la protésica-estética, que se trabaja de manera multidisciplinar, con otros especialistas. Cinthya está por empezar la segunda, “estoy en la parte bonita”.
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