Esta dolencia genera síntomas obstructivos e irritativos en la salida de orina, ocupa el tercer lugar en los países en vías de desarrollo, según la OMS. A mayor edad la sintomatología severa puede llegar a presentarse hasta en el 40% de los pacientes.
La hiperplasia benigna de próstata (HPB) es el agrandamiento, no canceroso, de la glándula prostática. Se la conoce también como el tumor benigno más común que se presenta en los hombres. Sin embargo, es una enfermedad muy poco atendida por el género masculino.
La prevalencia de esta patología, que genera síntomas obstructivos e irritativos en la salida de orina, ocupa el tercer lugar en los países en vías de desarrollo, según la Organización Mundial de la Salud. En Ecuador es la séptima causa de consulta, con una prevalencia de hasta el 50%. Es decir, uno de cada dos hombres mayores de 65 años es diagnosticado con esta enfermedad, según estudios locales.
Aunque los síntomas de la HPB no siempre guardan una relación directa con la edad, alrededor de un 10% de los hombres de entre 40 y 49 años presenta manifestaciones clínicas de leves a moderadas. Mientras que, a mayor edad, entre los 70 y 79 años, la sintomatología severa se registra en el 40% de ese grupo etario.
Francisco Antonio García, médico especialista en urología, oncología urológica y cirugía de mínima invasión y jefe del Servicio de Urología del Hospital Eugenio Espejo, explica que los hombres que tienen mayor riesgo de hiperplasia son los que padecen otro tipo de dolencias crónicas como obesidad o problemas cardíacos. También aquellos que ingieren una dieta alta en grasas saturadas, tienen elevados niveles de testosterona, envejecimiento o antecedentes de HPB en el padre.
El especialista recomienda estar atento a los síntomas y consultar de forma urgente al médico, si se presenta incontinencia urinaria, vaciado incompleto de la vejiga, goteo al final de la micción y si hay dolor al hacer fuerza. “Es importante realizarse chequeos anuales de rutina según la edad y comentar con su médico la aparición de algún síntoma. La mejor forma de detectar de manera precoz la HPB es con una adecuada exploración clínica, donde se podrá diagnosticar la patología y descartar un posible cáncer de próstata”, subraya García.
La hiperplasia benigna de próstata no es curable, pero sí controlable. Al atenderla con tiempo se puede evitar la insuficiencia renal y actuar con un tratamiento adecuado, para impedir que la enfermedad deteriore la calidad de vida.
La data que expone el galeno explica que varios estudios de necropsia revelaron que uno de cada tres hombres de más de 50 años de edad presenta células cancerígenas en la próstata y el 80% de estos cánceres detectados son pequeños, con tumores no perjudiciales benignos como la HPB. “Pero, hay que tratarlos a tiempo”, recalca.
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